Destapada la verdad, silencio entre la clase política
Esto contrasta profundamente con el citado artículo 1.2 del texto en el que se basan el resto de leyes españolas. Choca frontalmente contra él porque, hasta donde se sabe, la soberanía del pueblo español no reside precisamente en la Casa Blanca ni en los amplios despachos de las grandes compañías multinacionales.
Muchos sospechaban que era la industria cultural estadounidense la que estaba detrás de esta ley y gracias a WikiLeaks hemos descubierto que efectivamente así ha sido. ¿Reacciones entre el Ejecutivo español, la ministra Ángeles González-Sinde o la oposición? Ninguna, brillando por su ausencia desde que se destapó la verdad. El doloroso silencio y que choque tan directamente con un artículo de la carta magna hacen más sangrante este proyecto legislativo y su Disposición Final Segunda, que debería retirarse sin falta antes de la próxima y definitiva aprobación de la ley.
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